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Familiares de víctimas de desaparición forzada se reúnen en Bogotá para conmemorar la Semana Internacional del Detenido-Desaparecido

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Como ya viene siendo habitual en los últimos días de mayo, el pasado viernes 26 se llevó a cabo la conmemoración de la Semana Internacional del Detenido-Desaparecido, en un evento que congregó en Bogotá a familiares y amigos de víctimas de desaparición forzada de distintas partes del país, como la vereda La Esperanza y la Comuna 13 de Medellín, en Antioquia, el Meta, Caldas y Barrancabermeja, además de víctimas del Palacio Justicia y las Madres de Soacha.

[EN IMÁGENES] Conmemoración de la Semana Internacional del Detenido-Desaparecido

 

Como ya viene siendo habitual en los últimos días de mayo, el pasado viernes 26 se llevó a cabo la conmemoración de la Semana Internacional del Detenido-Desaparecido, en un evento que congregó en Bogotá a familiares y amigos de víctimas de desaparición forzada de distintas partes del país, como la vereda La Esperanza y la Comuna 13 de Medellín, en Antioquia, el Meta, Caldas y Barrancabermeja, además de víctimas del Palacio Justicia y las Madres de Soacha.

 
El evento, organizado por el Capítulo Bogotá del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice), inició hacia las nueve de la mañana con la reproducción del documental “Vivificar”, en homenaje al Colectivo 82, que agrupa a familiares y compañeros de varios estudiantes universitarios que entre marzo y septiembre de 1982 fueron desaparecidos forzosamente.

 
A continuación, el Padre Javier Giraldo presidió una ceremonia en la que hizo una reflexión de los 35 años de lucha que han tenido que afrontar las victimas del Colectivo 82 y de la que él ha sido un testigo de primera mano, acompañándolas y asistiéndolas en sus luchas desde el inicio. Incluyó, también, la lectura del Poema “Los que han dado la vida”, de un sacerdote claretiano, en memoria de quienes por defender sus ideales han padecido la violencia intolerante. Resaltó, de igual manera, el hecho de que, tantos años después de ocurridos los crímenes, aún no se sepa el paradero de quiénes en su momento se llevaron con vida.

 
“Hoy, 35 años después, todo sigue igual. Se dice que el paso implacable del tiempo cicatriza las heridas, relegitima los poderes, oculta las barbaries, esfuma las responsabilidades, reconcilia a víctimas con victimarios, consolida los proyectos de los vencedores y cubre con mantos de lástima a las víctimas para concederles algún lugar de compasión dentro de una realidad de la cual permanecen excluidas”, reflexionó el padre Giraldo.

 

“Hoy, 35 años después, los dolientes van arrastrando penosamente el efecto implacable de duelos impedidos. Muchos han concluido su carrera, otros cada vez más apabullados por el peso de las enfermedades. (…) Sólo puede quedar el legado pundonoroso de una condena moral a la sociedad, al Estado, a los poderes, a las instituciones, a los medios, que se declararon siempre impotentes frente al crimen y la barbarie hasta convivir impúdicamente con sus raíces y sus frutos”, prosiguió.

 
Tras este espacio de reflexión, se realizó la entrega de unas piezas conmemorativas llamadas “Souvenir” del artista Sair García, nacido en Barrancabermeja y egresado de la Universidad Nacional, a quien le desaparecieron su hermano en 1988. Estas obras son pequeños cubos translúcidos en los que se puede apreciar la imagen del ser amado en tres dimensiones y que se entregaron a hermanos/as, padres, madres, hijos/as, tíos/as, sobrinos/as, como un modo de revivirlos y, en cierta manera, de devolverles la esperanza de encontrarlos.

 
“Souvenir es el resultado de muchas ganas de buscar a mi hermano. Toda mi obra gira en torno a esta problemática y yo les agradezco a todos los que hicieron parte de la realización de Souvenir. Es un elemento que tienen para que recuerden a su familiar, hablen con él, convivan con él, como hace mucho tiempo no lo hacían y que ojalá puedan interactuar desde el corazón con ellos” expresó el artista frente a las víctimas, tras la entrega.

 
Poco después del mediodía, se emprendió una movilización hacia la conocida como Plaza del Che, en la Universidad Nacional. “¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!”, gritaron los marchantes que, con claveles blancos en la mano, pancartas y las imágenes de sus seres queridos colgadas del pecho, mientras caminaban por la Calle 26. El recorrido, de poco más de 40 minutos, estuvo marcado por la exigencia al Estado de garantizar el derecho de las víctimas a la Verdad: “¿dónde están los más de 60 mil desaparecidos?”. “¡Por nuestros desaparecidos, ni un minuto de silencio!” se escuchó cuando, hacia la una de la tarde, las víctimas ingresaban al campus de la Universidad Nacional.

 

La llegada a la plaza también estuvo cargada de simbolismo, dado que fueron los hermanos Alfredo y Humberto Sanjuán Arévalo quienes, hace ya más de 30 años, pintaron por primera vez el rostro del revolucionario argentino en la fachada del Auditorio León de Greiff, meses antes de que fueran desaparecidos.

 
La jornada en el campus universitario se extendió hasta las tres de la tarde con un performance sobre la memoria y el papel del arte como medio para evocar a los seres queridos que, aunque físicamente ya no se encuentran presentes, continúan vivos en las luchas de sus familias y compañeros. La puesta en escena estuvo a cargo del Grupo Arlequín y se llevó a cabo sobre un gran mandala desplegado enfrente de las escalinatas del auditorio.

 

Sin duda, fue un día dedicado a las víctimas cuyos seres queridos fueron desaparecidos por pensar distinto, por sus convicciones e ideales, que no están solas en la lucha por la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición:

 

“Nos habían dicho que la historia la hacían los reyes y los guerreros/ La historia la hace la sangre, la muerte, la tortura/ la historia la hacen los que abren espacios de vida con su vida/ la historia la haces tú / que alientas el aliento de esos hombres y les enseñas a perder la vida para que haya vida/ para que no haya cadáveres ambulantes de explotación, de tiranía, y de muerte”.

 

[Poema leído por el Padre Javier Giraldo durante el acto de memoria]