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Y si el río Guaviare hablara…lo que nos diría

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Entrevista con Claudio Tique, integrante del Capítulo Bogotá del Movice

Claudio Tique es integrante del Capítulo Bogotá del Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado, Movice. Es a su vez, víctima del desplazamiento forzado de Mapiripan y testigo de lo sucedido en esta masacre. Por ello, no vacila en expresar que lo sucedido no es invento. ¡En Mapiripan sí hubo masacre!, exalta. Tiene un rostro sereno y unos ojos profundos, cristalinos, marcados quizás por las huellas indelebles que le dejaron en el alma lo acontecido entre 1997 y 1998 en esta región país. Hablamos con él respecto a la Galería de la Memoria que tendrá lugar este 9 de diciembre en la ciudad de Bogotá , dedicada a esta masacre con el nombre: si el río Guaviare hablara…Esto fue lo que nos comentó.

 

 

 

Julián Carreño:don Claudio, coméntele a la opinión pública nacional e internacional ¿qué fue lo que sucedió en Mapiripan, Meta?

 

Claudio Tique: quiero hablarles de los acontecimientos sucedidos al 18 de julio de 1997, en los que hubo decenas de víctimas, entre ellas, recuerdo a Ronald Valencia: le quitaron la cabeza y jugaron con ella futbol, Acenai Blanco, que fue degollado y abierto su cuerpo.

Esto, que es apenas un ejemplo de lo sucedido, no no lo estamos imaginando, son cosas concretas, cosas que vimos. Pero, ¿Quiénes son los responsables de esta masacre? Digo yo que el gobierno, el ejército y los paramilitares del Urabá antioqueño, municipio de Carepa. Lo digo porque un paramilitar me lo comentó y porque cuando lo vi vestido de camuflado le pregunté:

-¡Soldado!

– No, yo no soy ningún soldado -respondió-.

Al decirme esto yo le pregunté:

-Y entonces, de qué grupo o entidad es usted?

-Nosotros somos de las Autodefensas del Urabá Antioqueño, ¿qué se le ofrece?

-Yo necesito saber cuál es el comandante de este grupo, para consultarle algo-.

Entonces él me contestó que preguntara por el comandante de Expresador y hablé con él; me dio el permiso. Desde ese momento me tocó desplazarme al recibir amenazas.Yo lamento esta situación, pues yo soy víctima del desplazamiento. No entiendo cómo dicen hoy que hay falsos nombres o falsas víctimas, que no hubo masacre; nosotros tuvimos que verla y vivirla en carne propia.

Nos hacemos en ese sentido una pregunta: si el rio Guaviare hablara, él podría decir todo lo que ocurrió en ese puerto, ahí no se encuentran fosas, ahí lo único que hay es desapariciones, como el dueño de la droguería de Mapiripan, señor Geraldo, como el señor Víctor. Los que aparecieron, eso no fue un secreto, fueron desenterrados, más o menos 70 fosas, en la Cooperativa. Estos cuerpos aparecen tal vez porque a los que estaban retirados del río se les dificultaba botarlos allí. Por todas estas razones, se nos hace tremendo que digan que no hubo una masacre en Mapiripan. A mi me duele porque estas personas que desaparecieron, que asesinaron, para poner el terror en el pueblo, eran nuestros amigos, conocidos, para nada gente extraña, eran nativos de ese puerto, trabajadores, comerciantes; a uno le da tristeza que todo vaya a quedar impune, ante el mismo Estado, el mismo que supuestamente defiende el orden, pero que en la realidad es el creador de la impunidad.

Después de esto ocurrió lo de Puerto Alvira, Meta, que es por el mismo costado, bajando hacia el norte, en donde hubo 14 asesinatos; sucedió el 4 de mayo de 1998. ¿Qué hicieron? Primero les pasaron las volquetas por encima y luego los rociaron de gasolina y los quemaron. Este municipio está dentro de la jurisdicción de Mapiripan, pues lo único que los separa es el río Guaviare.

Así mismo, en otro municpio, que era trocha ganadera, asesinaron el 12 de octubre de 2002 a 34 personas selectivamente. Entre esos 34 estaba mi hijo, Benjamin Tique Laguna, que fue asesinado el 4 de marzo de 1998. ¿Quién lo hizo? Los paramilitares en conjunto con el ejército. ¿Quién comandaba este grupo? El Capitan del Batallón Joaquin Paris de San José de Guaviare. Todas estas cosas existieron, yo las miré, yo quedé en medio del fuego. Despues de esto, nos tocó desplazarnos de nuevo por segunda vez.

Además, ese 12 de octubre asesinaron a tres amigos trabajadores que estaban en la finca la Hicera; los asesinaron, no le perdonaron la vida a la señora Rosa Ortíz, una señora que andaba en muletas. El autor del asesinato ya respondió. Pero él dice que se trató de un grupo de delincuencia. En realidad, fueron ellos mismos;  así quedó sentado por la verificación conocida que hizo el mismo Capitán del Batallón Paris, a través de un soldado, quien le dijo que ya los habían matado, por no sé qué y no sé cuánto, eran unos viejos no se cuantás…

Esto ocurrió por la relación entre Estado y estructuras paramilitares y pasa no sólo en Mapiripan, sino en todas las regiones del país. Es lo que sucede y denunciamos ante la opinión pública.

JC: ¿Porque es importante en ese sentido hacer una galería de la memoria dedicada a este triste capítulo de nuestra historia nacional?

CT: Es importante para darle visibilidad pública, pues la mayoria del pueblo colombiano ignora este tipo de sucesos; porque somos muy pocos los que abrimos la boca, no todo el mundo se atreve a decir estas cosas. Por ello es que somos perseguidos, porque nos da tristeza ver la impunidad del Estado y la denunciamos. Esta Galería dedicada a Mapiripan es importante para que se pueda reflexionar, es para el pueblo y para nosotros mismos. La memoria de lo sucedido está con nosotros. Por ello en esta Galería queremos dejar el interrogante ¡Qué tal que el río Guaviare hablara…todo lo que nos diría!