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Comunicado por el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas

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Con ocasión del 9 de abril[1], las víctimas de Crímenes de Estado exigimos que se detenga el Memoricidio, que paren las políticas adversas a la verdad que promueven el negacionismo de Estado y perpetúan la impunidad. Que cesen las prácticas de censura emprendidas por gremios, partidos políticos, grupos empresariales hegemónicos y militares, contra las acciones de memoria y denuncias del movimiento de DDHH. Que se impida el ocultamiento y el encubrimiento de la responsabilidad de mando de los agentes estatales involucrados, por acción u omisión, en graves violaciones a los derechos humanos. Nos negamos a la imposición de una verdad oficial, encaminada a negar las víctimas de la violencia estatal y enaltecer el rol militar como víctimas y héroes. 

Este año, las víctimas seguimos honrando la lucha de Jorge Eliécer Gaitán y recordamos el genocidio del movimiento gaitanista como un hito que marca la historia de violencia sociopolítica y el conflicto político, social y armado, que hoy, después de siete décadas, continúa bajo la práctica del exterminio sistemático contra los líderes y lideresas sociales, defensores/as de derechos humanos y firmantes de paz en todo el territorio nacional.

La memoria en nuestro país ha sido fundamental para resistir a la violencia, convertir el dolor individual en esperanza colectiva y mantener vivas las luchas de los que nos fueron arrebatados. Como Movimiento por más de 15 años hemos trabajado incansablemente en la lucha contra el olvido, la ausencia de justicia y el ocultamiento de la verdad. El ejercicio de la memoria es un campo de confrontación y sabemos que hoy nos seguimos enfrentando a disputas por lo que ocurrió, entre quiénes cuentan qué fue lo que pasó y repercute sobre nosotros, sobre nuestra práctica y la participación democrática para la construcción de memoria y verdad desde las víctimas.

Este 9 de abril, afrontamos la negación del del conflicto armado, que es equivalente a un acto criminal contra la memoria, por lo cual hacemos un llamado expreso para que el Memoricidio no sea otro crimen de Estado.

Desde el Movice entendemos el Memoricidio como aquellas prácticas ligadas a la intención de borrar, destruir, relativizar, censurar, silenciar o aniquilar la memoria física, simbólica, cultural, espiritual y ancestral de los que se consideran “adversarios”. El Memoricido es la solución final del negacionismo de Estado, es el exterminio absoluto de nombre, dignidad, afiliación política y arraigos por medio de la utilización de estrategias legales, culturales e institucionales para intentar negar o evadir la responsabilidad de los crímenes de Estado. La verdad de las víctimas en este momento poco o nada se tiene en cuenta y son los victimarios los que justifican, legitiman y/o invisibilizan los hechos perpetrados por ellos.

Los victimarios utilizan el Memoricidio para enterrar la memoria de las víctimas y diseñan tácticas para que su relato prime en la sociedad y se justifiquen las consecuencias queridas por los perpetradores. Se culpabiliza a las víctimas y se exonera a los victimarios.  

Con el actual gobierno, el Memoricidio ha estado a la orden del día, no han faltado las demostraciones de respaldo público y ascensos a miembros de la Fuerza Pública que están presuntamente comprometidos en casos de ejecuciones extrajudiciales y otras graves violaciones a los derechos humanos. Predominan las justificaciones de los crímenes, como las que se dieron por los paramilitares en el marco de la Ley 975 de Justicia y Paz, o las que actualmente se dan en las versiones voluntarias de los militares en la Justicia Especial para la Paz (JEP), entre ellas, la realizada por el General Mario Montoya, quien ha insistido en negar su responsabilidad enviando un mensaje contradictorio a la opinión pública sobre su participación y su voluntad de contribuir la verdad plena, completa y exhaustiva en los hechos que se les imputan, generando episodios de revictimización en las audiencias realizadas.

Las estrategias de dilación, la negativa a hacer aportes reales a la verdad y la relativización de lo violencia estatal, son practicadas utilizadas por los máximos responsables en los escenarios judiciales para obstaculizar la investigación, acusación y juzgamiento e impedir el efectivo esclarecimiento de la verdad histórica. 

Por lo anterior, en el Día Nacional de las Víctimas, nos negamos a ser cómplices de la amnesia colectiva y les invitamos a seguir preguntándose ¿quién dio la orden? Como una estrategia de lucha abierta contra el memoricidio. Asimismo, convocamos a las organizaciones sociales, de víctimas y de derechos humanos para impulsar la construcción de una ley que prohíba el negacionismo de los crímenes de lesa humanidad, de las víctimas de crímenes de Estado y el conflicto político, social y armado que ha padecido el país.

 

…Somos semilla, somos memoria, somos el sol que renace ante la impunidad.

Somos el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado

 

[1] Día en que se conmemora el Día de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas, según lo contempla el artículo 142 de la Ley 1448 de 2011.