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Si de algo sabemos las víctimas es de esperanza. Crónica de un día en el Congreso de la República

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Era la primera vez que el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado se celebraba tras la firma del acuerdo final con las FARC-EP y el inicio de las negociaciones con el ELN. Era, sin duda, una fecha importante para hacer valoración de lo logrado hasta el momento y exponer los retos que el Estado y las FARC aún tienen en materia de reparación integral, acceso a la verdad, la justicia y la no repetición.

[EN VÍDEO] Intervención de Alejandra Gaviria en el Día de la Memoria y la Solidaridad con las víctimas del Conflicto Armado

 

[EN IMÁGENES] Día de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado

 

Era la primera vez que el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado se celebraba tras la firma del acuerdo final con las FARC-EP y el inicio de las negociaciones con el ELN. Era, sin duda, una fecha importante para hacer valoración de lo logrado hasta el momento y exponer los retos que el Estado y las FARC aún tienen en materia de reparación integral, acceso a la verdad, la justicia y la no repetición.

 

 

Desde el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) se esperaba este 9 de abril como una oportunidad más para exponer propuestas, construidas a lo largo de más de cincuenta años de conflicto armado interno y violencia sociopolítica.

 

 

Alejandra Gaviria, hija del militante de la UP Francisco Gaviria, desaparecido torturado y asesinado el 10 de diciembre de 1987, Día Internacional de los Derechos Humanos, era la encargada de poner el rostro a millones de víctimas de la criminalidad estatal que, ese día, querían denunciar que el ciclo de violencia que las condenó a ellas a una vida de lucha seguía abierto.

 

 

Mientras el mundo entero ve a Colombia con los ojos de la paz y la reconciliación, en los territorios, decenas de líderes/as sociales y defensores/as de derechos humanos siguen siendo ejecutados de forma sistemática bajo la impávida mirada de las autoridades, que insisten en negar la existencia de grupos paramilitares y sus redes de apoyo.

 

 

“Ninguna muerte más a nuestro nombre, ni a nombre de nuestros muertos. Estamos listas para ser agentes activos de la construcción de una paz basada en el respeto de los derechos, basada en la verdad y en las garantías de no repetición”, expresó Alejandra en un corto discurso, que fue interrumpido por el presidente del Senado, Mauricio Lizcano, cuando prácticamente ya no quedaban congresistas en el salón elíptico.

 

 

La audiencia, como ya es costumbre en los debates legislativos de implementación, empezó más de media hora tarde con alrededor de 70 congresistas, que progresivamente fueron aumentando hasta los 181 (de un total de 268) para quedar tan sólo 35 al final de la sesión (11 senadores y 24 representantes a la Cámara).

 

 

Un par de horas antes de la intervención de Alejandra, los congresistas del Centro Democrático habían decidido retirarse del hemiciclo, después de que el presidente de la Cámara, Miguel Ángel Pinto, le negara a Álvaro Uribe la réplica inmediata a Gloria Gaitán, hija del reconocido líder político Jorge Eliécer Gaitán, asesinado un 9 de abril de hace 69 años, quien acusó al exmandatario de realizar falsas imputaciones en su contra. La imposibilidad de defenderse en el momento en el que el senador deseaba causó la furia de su partido, que tras de llegar tarde decidió irse temprano.

 

 

Su salida estuvo acompañada del rechazo de las víctimas que se encontraban arriba en las barras, a quienes se escuchó gritar reiteradamente “No, no, no”, en repudio a que Uribe interviniera antes que el resto de víctimas y sin haber solicitado previamente su participación. Custodiados por las decenas de fotos de víctimas de crímenes de Estado que colgaban de la barandilla del balcón del tercer piso, los integrantes del Centro Democrático abandonaron el recinto gritando y señalando de forma amenazante hacia las barras.

 

 

A la salida ya del salón elíptico, varios de ellos volvieron a enfrentarse con las víctimas, esta vez, con la vocera del Movice, quien les reprochó su actitud insolidaria y déspota, al abandonar el Congreso de esa forma. “Él (Uribe) no es Dios y él puede esperar. Tiene que respetar el turno. Hoy es el día de las víctimas. Hoy es nuestro día y el Centro Democrático tendrá que aprender a respetar a todas las víctimas de este conflicto”, le dijo Alejandra Gaviria a la representante del CD María Fernanda Cabal, quien insistió en que la réplica debía ser inmediata.

 

 

“No puede ser que un congresista venga y desbarate la audiencia que era en memoria de las víctimas. Y, ustedes todos los periodistas llegan y lo entrevistan a él cuando no es capaz de respetar el uso de la palabra (…[porque]) todos, incluyendo a los periodistas, consideran que Uribe no sólo es víctima de primera clase, sino que tiene el derecho de pasar por encima de todos nosotros”, agregó Gaviria.

 

 

Mientras tanto, arriba en las barras, fuera del foco mediático, el superintendente de comunicaciones estratégicas de la Policía Marín Echeverri Cruz de Jesús se dedicaba a grabar los rostros de integrantes del Movice, que se encontraban siguiendo el evento en directo. Al pedirle explicaciones, el señor trató de huir y, en ese tira y afloja, empujó por las escaleras a la secretaria técnica nacional del movimiento, Alexandra González, quien resultó con una pequeña contusión. El agresor se negó a identificarse en reiteradas ocasiones, a pesar de la insistencia de Alexandra y de los policías del Congreso. Fue necesaria la intervención del senador Iván Cepeda para que finalmente la Policía actuara y obligara al agresor a identificarse.

 

 

 “A mí no me sirve de nada contar y recordar lo sucedido con mi padre y mi familia hace 30 años, si eso no aporta a transformar esta situación (…) Estamos convencidos que la memoria y la verdad no son un ejercicio que se limita a hablar del pasado, recordar y dignificar a aquellos que han caído. Hacer memoria y participar en un día en nombre de las víctimas significa, sobre todo, comprometerse con el presente, trabajar para que eso terrible no nos siga sucediendo”, expuso Gaviria, después de todo lo ocurrido.

 

 

La participación de las víctimas de crímenes de Estado en los debates legislativos y su reconocimiento en la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, el compromiso del Congreso para implementar lo acordado, el desmonte de las estructuras paramilitares y sus redes de apoyo y la desclasificación de archivos de inteligencia son algunas de las propuestas que alcanzó a pronunciar en los escasos cinco minutos que tuvo de intervención.

 

 

Era pasado el mediodía y ya los ánimos estaban más calmados. Sin duda todo aquello no era lo que las víctimas esperaban del Congreso en el día dedicado a su memoria y su dignidad.

 

 

Lea el discurso completo de Alejandra Gaviria