En el mes de septiembre hicimos entrega del informe de documentación de casos de Desapariciones Forzadas y otros crímenes de Estado en Atlántico, Meta, Sucre, Magdalena Medio, y Boyacá “Lxs seguimos buscando”.
Durante la entrega, el equipo de documentación, comentó a las instituciones y los y las asistentes la importancia de la de este ejercicio para las víctimas, de igual forma, los retos, dificultades y avances que se han dado en este proceso de documentación.
La documentación de casos en Colombia es una acción fundamental, un recurso de las organizaciones de derechos humanos y el movimiento de víctimas para la búsqueda de justicia. La recopilación exhaustiva y precisa de testimonios, pruebas y hechos no solo permite conocer la verdad, sino que también abre caminos hacia la justicia y la reparación.
Es imprescindible que las instituciones reafirmen su compromiso humanitario y judicial con las víctimas. Ellas merecen que su dolor no quede en el olvido, y que su búsqueda de justicia sea un proceso activo y efectivo. Este compromiso implica no solo la creación de mecanismos de atención, sino también el fortalecimiento de políticas que garanticen el acceso a la justicia y la no repetición.
El Movice ha hecho una labor importante en la documentación de crímenes de Estado, su labor no solo ha contribuido en temas de justicia, sino que además hemos logrado reflexionar en torno a los distintos usos de la documentación. Es por eso que hoy queremos revindicar el uso memorial de la documentación. La memoria es el alma de los pueblos y, en el caso de Colombia, constituye un elemento crucial para la construcción de la paz y las garantías de no repetición de los crímenes cometidos, incluidos los crímenes de Estado. Reconocer el pasado, con todas sus sombras y heridas, es el primer paso para sanar como sociedad y evitar que la violencia vuelva a ser parte de nuestro presente y futuro.
La memoria nos permite recuperar la voz a quienes han sido silenciados, restituir la dignidad de las víctimas y entender las dinámicas de dolor y opresión que han marcado a nuestro país. Es fundamental que las historias de los desaparecidos, los torturados y los asesinados no queden sepultadas en la impunidad. Sin memoria, el riesgo de repetir los errores del pasado aumenta, porque la indiferencia y el olvido abren espacio a nuevas injusticias.
Por eso, la memoria juega un papel esencial al exigir la verdad sobre estos hechos y al garantizar que nunca más el poder se use para atropellar los derechos de los ciudadanos. Solo a través de la memoria podemos construir las bases de una sociedad que valore la vida, la dignidad y los derechos humanos.
En este sentido, la memoria no es solo un ejercicio de recordar, sino una herramienta de transformación social. Nos invita a repensar nuestras instituciones y a construir un país en el que la justicia sea la norma y no la excepción. Si queremos una paz duradera, debemos comprometernos a garantizar la no repetición de los crímenes, y esto solo es posible si el Estado asume su responsabilidad, investiga, sanciona y repara de manera efectiva.
La paz no es solo el silenciamiento de las armas; es la construcción de una sociedad que se funda en la verdad, la justicia y la memoria. Solo así podremos caminar hacia un futuro donde el respeto por los derechos humanos sea inquebrantable y donde nunca más el poder se utilice para violentar a su propio pueblo.
El acto de entrega de documentación que pone en evidencia las estrategias desarrolladas por el Estado para ejercer la violencia contra quienes históricamente han luchado por las transformaciones estructurales del país, resulta pertinente discutir sobre los fundamentos inquebrantables de esta sociedad. Es por eso que es importante reconocer la lucha histórica que ha llevado a cabo el Movimiento Nacional de Victimas de Crímenes de Estado desde el año 2005 en nuestro país.
En este sentido, quisiera resaltar el origen histórico del MOVICE, que durante 20 años ha venido luchando por la defensa de los derechos de las víctimas de desaparición forzada, asesinatos selectivos, violencia policial, ejecuciones extrajudiciales, desplazamiento forzado y otros hechos victimizantes de los que el Estado colombiano ha sido responsable y ha utilizado como estrategia para menguar los esfuerzos colectivos de quienes han soñado con un proyecto de país diferente, donde prima la justicia social. Como parte de sus objetivos, el MOVICE ha sido la expresión política abanderada de la búsqueda de verdad, la construcción de memoria, la exigencia de justicia y de garantías de no repetición.
Para el MOVICE, la construcción de paz, como se ha mencionado varias veces en esta jornada, no tiene que ver exclusivamente con el silenciamiento de los fusiles, sino que la construcción de paz es entendida como un horizonte político donde la participación de la sociedad civil y las voces de las victimas debe ser central de cara a la transformación de las estructuras políticas y económicas que históricamente han servido a la guerra y que han servido para consolidar las estrategias desplegadas por el Estado para eliminar a quienes históricamente han sido considerados como sus enemigos.
Como parte de los hitos históricos del MOVICE de cara a la construcción de Paz vale la pena recordar la gran marcha realizada el 6 de marzo del 2008, que permitió visibilizar y posicionar a nivel nacional e internacional, las banderas de lucha de las víctimas de crímenes de Estado, sus exigencias y reivindicaciones.
Asimismo, durante el proceso de paz en La Habana, el MOVICE participó de manera efectiva en dicho proceso, impulsando, junto con otras organizaciones, la creación de la UBPD, una institución que juega un papel central de cara en tiempos de posacuerdo. Actualmente, el MOVICE ha participado activamente del proceso de negociación entre el ELN y el gobierno de Gustavo Petro. Es por esto que ha venido participando en el marco del Comité Nacional de Participación a través de los diferentes espacios de discusión en los que ha podido aportar en la construcción de apuestas e iniciativas que recojan el sentir de las víctimas del conflicto armado y la violencia sociopolítica, entendiendo que son voces que deben estar en el centro de la construcción de los acuerdos. Así, para el MOVICE la construcción de paz, desde su fundación, ha sido una bandera y una reivindicación central en sus búsquedas y procesos de lucha.
Como lo mencione anteriormente, la paz para el MOVICE desborda la idea relacionada con la desmovilización de grupos armados, es por esto que actualmente el MOVICE viene apoyando y haciendo parte, con muchas de las organizaciones aquí presentes, de procesos que consideramos imprescindibles de cara la construcción de paz. Parte de nuestras apuestas actuales involucran la solicitud de Medidas Cautelares a la JEP, lo que ha permitido una articulación interinstitucional de cara a la búsqueda de personas dadas por desaparecidas, la reparación integral a las víctimas, la construcción de memoria histórica y la búsqueda de justicia para poner fin a la impunidad de los hechos victimizantes cometidos por el Estado. Como parte de estos procesos hemos establecido diálogos constantes con las instituciones acá presentes, que se materializan en mesas técnicas para la búsqueda, espacios participativos para la construcción de lugares de memoria y mesas de participación para la construcción de políticas públicas que contribuyan a la satisfacción de derechos de las víctimas y que garanticen la no repetición de hechos victimizantes.
Además de estos escenarios que se desprenden de las Medidas Cautelares, el MOVICE viene participando de otros espacios que consideramos que aportan a la construcción de paz y que tienen que ver, por ejemplo, con la búsqueda de reformas a instituciones que históricamente han servido para reprimir a nuestro pueblo o dando discusiones relacionadas con la importancia de la memoria no solo para la sociedad civil sino también para el Estado colombiano o a través de la participación en las mesas de garantías nacional y territoriales en las que las organizaciones sociales y de derechos humanos hemos tratado, junto con las instituciones, de establecer soluciones a la violencia que se sigue ejerciendo contra líderes sociales y comunitarios a lo largo y ancho del país.
Ahora, la razón por la cual hemos convocado a las instituciones presentes, tiene que ver con la búsqueda de fortalecer los compromisos ya adquiridos y en los que hemos venido trabajando en los escenarios mencionados anteriormente. La búsqueda de Justicia, la búsqueda de nuestros familiares desaparecidos, la búsqueda de verdad sobre lo acontecido y las exigencias por la reparación integral, siguen siendo hoy demandas insatisfechas y no resueltas y es por eso que siguen siendo parte de nuestras banderas y estrategias de lucha de cara a la construcción de paz total.
Aquí el informe completo