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Policía Nacional hostiga a dirigentes de ASCAMCAT en Cúcuta

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Durante el evento de conmemoración del día de las víctimas en la ciudad de Cúcuta, convocado por el movimiento político y social Marcha Patriótica en la céntrica plaza «Telecom», presuntos miembros del cuerpo CIPOL, encargados de tareas de inteligencia en el cuerpo de policía colombiana, tomaron fotos y persiguieron a miembros de la directiva de la Asociación Campesina del Catatumbo (ASCAMCAT), integrante del Movimiento de Víctimas de Crímenes de ERStado (Movice); Marcha Patriótica y la corporación PODERPAZ..

Los miembros del cuerpo policial tomaron fotos a los líderes y se mantuvieron muy cerca de la comitiva, que se vio obligada a moverse en varias ocasiones de la ubicación en la que se encontraban para evitar el hostigamiento.

Los escoltas de la Unidad Nacional de Protección asignados a Juan Carlos Quintero y Guillermo Antonio Quintero, se vieron obligados a denunciar la situación a la Policía Metropolitana de Cúcuta que, con dilación, pidieron la documentación y requisaron a algunos de esos presuntos agentes. El operativo se componía de almenos 6 hombres, uno de ellos se identificó como Maicol Estiven Valencia, otros no se identificaron como policía y solo mostraron su cédula de ciudadanía.

Algunos de ellos, ante la queja de los directivos, huyeron de lugar en taxi y otros por su propio pie, ante la desidia de los uniformados que se encontraban en el lugar.

La Asociación Campesina del Catatumbo rechaza enérgicamente la persecución a los líderes y base social de su organización y exige que se respeten los espacios en que las víctimas del conflicto muestran su dolor ante el abandono estatal.

Exigimos que se deje de dar tratamiento militar a las actividades pacíficas que promueve el movimiento social y que se abandone la estrategia del miedo, montando operativos policiales desproporcionados con el simple objetivo de acallar a las organizaciones que luchan por la paz con justicia social.

En el contexto en que nos encontramos, próximo a la firma de un acuerdo de paz, este tipo de episodios mandan un muy mal mensaje a la mesa de diálogos de la Habana, en relación a la participación política y el ejercicio de la oposición política como elementos fundamentales para una paz estable y duradera.