En los años 60, los tolimenses vieron nacer los primeros grupos de autodefensas con ayuda del Ejército y veinte años después se aliaron con narcotraficantes del Valle y de Antioquia que llegaron al departamento. Pero fue hasta finales de los noventa cuando entraron dos grandes grupos paramilitares: el Bloque Tolima de las Autodefensas Unidas de Colombia y el Frente Omar Isaza de las Autodefensas del Magdalena Medio (ACMM).
El interés de los paramilitares en el Tolima fue el dominio del río Magdalena y de los ejes viales que conectan el centro con el norte y el sur del país, con puntos claves de vigilancia del transporte hacia el sur y el norte del departamento. El cobro de gramaje sobre la coca que provenía de Putumayo, Caquetá y Huila, el cobro de vacunas a los arroceros y el robo de gasolina, fueron las principales fuentes de financiación. (Noticia en Verdadabierta.com)
En el departamento del Tolima se presentaron varios ataques generalizados a la población por parte de grupos paramilitares, con la connivencia del Estado. De 1988 a 2006 se presentaron 22 masacres producto del accionar paramilitar y en 3 de ellas se ha logrado comprobar la participación del Ejército Nacional, de acuerdo con el informe Basta Ya del Centro Nacional de Memoria Histórica. Las acciones conjuntas se desarrollaron con la Brigada VI del Ejército y fueron condenados cinco militares del Batallón de Contraguerrillas Pijao por acción directa en la masacre de Cajamarca.
Estos hechos tuvieron como consecuencia 133 víctimas mortales, además de miles de desplazados. Tolima fue calificado como el primer departamento del país en recepción de desplazados por la violencia, lo cual generó una crítica situación humanitaria en el departamento, que se agravó con la permanencia de grupos paramilitares.
En los últimos años, desde la articulación de víctimas y organizaciones del capítulo, se ha evidenciado la reactivación de diferentes Modus operandi, los cuales están encaminados a fortalecer el control territorial de los grupos paramilitares. Además, en los territorios donde se ubicaron las zonas veredales, concretamente en la zona del Oso, se han presentado violaciones a los DD.HH. por medio de hechos como: muertes selectivas, extorsiones, abigeato (robo de ganado) y desplazamientos internos (Intraveredales). “Tolima que en la mediciones de 2016 registraba niveles muy bajos de agresiones, y en 2017 se dispararon estos actos de violencia”, destaca en su informe el Programa Somos Defensores.
El capítulo Tolima está conformado principalmente por las siguientes organizaciones: Central Unitaria de Trabajadores (CUT); el Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (CSPP); el Congreso de los Pueblos; la Asociación Nacional Sindical de Trabajadores y Servidores Públicos de la Salud y Seguridad Social Integral y Servicios Complementarios de Colombia (ATNHOC), la Mesa Municipal de Víctimas, Fundación Protección Colombia de los Derechos Humanos (Fundaprocol), Mesa Nororiental de Organizaciones, Mesa de víctimas de Líbano, Asociación Agroambiental Colombiana Camilo Rodríguez Restrepo (Asacol) y Corporación de Derechos Humanos Gustavo A. Marulanda (CORPOGUAMA).
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