La primera incursión de las AUC (Bloque Calima) fue el 31 de julio de 1999 en la vereda La Moralia de Tuluá. De acuerdo con un informe del Grupo de Memoria Histórica de Univalle, además de explicar las condiciones socioeconómicas y políticas de la región, el secuestro masivo que realizó el ELN el 31 de mayo de 1999 fue uno de los detonantes para que los paramilitares arribaran desde Urabá a la región vallecaucana. (Noticia completa en Verdadabierta.com)
Respecto al papel del Estado, la ONG internacional Human Rights Watch ha cuestionado los presuntos nexos del Ejército Nacional con los grupos paramilitares: “Las entrevistas de los investigadores del gobierno colombiano y Human Rights Watch incluyen información convincente y detallada de que en 1999, la Tercera Brigada del Ejército de Colombia estableció un grupo “paramilitar” en el departamento del Valle del Cauca, en el sur de Colombia”.
Además del hecho mencionado, en diversos municipios vallecaucanos los paramilitares cometieron masacres en connivencia con el Estado. Un caso reconocido a nivel nacional es la Masacre de Trujillo, que comprendió desapariciones forzadas, torturas, homicidios selectivos, detenciones arbitrarias y masacres entre 1986 y 1994, por las cuales han sido condenados dos militares hasta ahora prófugos de la justicia. Asimismo, en Buenaventura se registraron al menos 16 masacres entre el 2000 y 2005 perpetradas por el Bloque Pacífico, de acuerdo con la información consignada en el portal Rutas del Conflicto.
Posterior a la firma de los Acuerdos, en el Valle del Cauca han sido sistemáticamente asesinados y amenazados lideres/as sociales y defensores/as de Derechos Humanos. Los panfletos, firmados por las Autodefensas Gaitanistas de Colombia hablan de “exterminar el fenómeno castro-chavista” y amenazan la vida de organizaciones como Marcha Patriótica, Congreso de los Pueblos-Mesa Social para la Paz, sindicatos y personas de organizaciones víctimas incluida el Movice. En el informe del Programa Somos Defensores de 2017, registraron 57 hechos de agresiones contra defensores/as de DD.HH. y 8 casos de asesinato, el tercer departamento con más casos a nivel nacional.
Desde sus orígenes el Movice ha adelantado en el capítulo Valle del Cauca acciones concretas buscando posicionar la verdad y la memoria de las víctimas en contraposición a la memoria oficial que condena a la impunidad y al olvido. Estas acciones van más allá del conteo de víctimas y el inventario de hechos, señalan las causas de la criminalidad de Estado, denuncian su permanencia y exigen justicia. Las galerías itinerantes, los encuentros de víctimas, los plantones, las movilizaciones han marcado un camino donde la memoria vive, crece y se fortalece más allá de un lugar físico, en el sentir de las comunidades que se niegan al olvido y reivindican la vida.
El Movice Capitulo Valle se conforma a partir de procesos organizativos de víctimas de ejecuciones extrajudiciales, desaparición forzada, masacres paramilitares, desplazados forzadamente. Así como organizaciones de Víctimas y de Derechos Humanos como la Asociación Nomadesc, el Comité de Solidaridad con los Presos Políticos (CSPP), la Corporación Plural, la Asociación de Hombres y Mujeres de Triana, ASODESE, Red Hermandad en Colombia, organizaciones sindicales y sobrevivientes de partidos políticos como A luchar.
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