Revisar la Doctrina de Seguridad del Estado y acabar con la legislación que promueve la concepción de “enemigo interno” son propuestas indispensables para lograr una Fuerza Pública para la Paz.
Se requiere adecuar los cuerpos de seguridad del Estado al respeto integral de los derechos humanos, al Derecho Internacional Humanitario y a los límites constitucionales de las Fuerzas Armadas.
Además, es importante prohibir que cooperativas de seguridad privada cumplan funciones militares, policiales o de inteligencia y así evitar que lleguen a dar cobertura legal a grupos paramilitares, como ocurrió con las Convivir.
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