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Repudio a la intervención de los Estados Unidos en Colombia

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¡NO A LA UBICACIÓN DE BASES MILITARES NORTEAMERICANAS EN COLOMBIA!
¡NO MÁS INTERVENCION NORTEAMERICANA EN LATINOAMERICA!

Colombia cuenta con costas en los océanos Atlántico y Pacífico, la Selva Amazónica, el  Chocó Biogeográfico y la Selva Altoandina; así como los llanos orientales y diversidad de valles interandinos; igualmente posee otro sinnúmero de ecosistemas ubicados en diferentes pisos térmicos que hacen de Colombia uno de los países más megadiversos del planeta, lo que ha generado su inmensa diversidad cultural.

Debido a su abundante riqueza en recursos naturales renovables y no renovables y su estratégica ubicación geográfica este país es centro de comunicaciones y comercio entre el norte y sur del continente. Entre los recursos naturales no renovables se encuentran: petróleo, oro, uranio, carbón, esmeraldas, su invaluable riqueza hídrica, etc.

El gobierno del país ha estado vinculado a grandes terratenientes y empresarios que haciendo uso de estrategias de violencia extrema han permitido la injerencia en asuntos internos a lo largo de toda su historia de los Estados Unidos principalmente. Al igual que en otros países hermanos, las grandes potencias imperiales interfieren en la política interior para promover una economía de expoliación de estos recursos y de eliminación de cualquier forma de vida que difiera de sus planes estratégicos.

En Colombia el Estado ha implementado distintos modelos de represión. El último de ellos dedicado a la reingeniería militar, legalización y legitimización de grupos paramilitares, conocido como la política de “seguridad democrática” promovida por el genocida Álvaro Uribe en el marco del Plan Colombia.

En este último periodo Álvaro Uribe Vélez es la cabeza del proyecto que consolida la apertura a la intervención extranjera y el fortalecimiento de la fuerza paramilitar. Estableció un discurso totalitario en donde se asume que todo el que no acoge su política es un terrorista y esto ha desembocado en la judicialización, detención, asesinato o desaparición de líderes sindicales, estudiantiles, defensores de derechos humanos, periodistas, gente vinculadas a las artes, líderes indígenas, mujeres liderezas, profesores universitarios, afrodescendientes y campesinos, entre otros. Este proceso altamente militarista ha sido financiado desde el año 2000 por el gobierno norteamericano bajo el pretexto de la lucha contra el “narcotráfico” y el “terrorismo”.

Los resultados de estas políticas de Estado saltan a la vista:

  • Disminución del 35% al 25 % de la población rural del país.
  • La salida del país de 5 millones de personas.
  • El desplazamiento forzado de más de 4 millones de ciudadanos, en su mayoría campesinos, pueblos originarios y afrodescendientes, que han sufrido con mayor intensidad la aplicación de estas nefastas políticas.
  • La mitad de la población viviendo en la pobreza o la indigencia.
  • Colombia se ha convertido en uno de los países más riesgosos para la lucha sindical y la defensa de los derechos humanos.
  • Una cifra desconocida de asesinados y desaparecidos que según el Tribunal Permanente de los Pueblos asciende a más de 600 mil en estos 61 años de conflicto.
  • La fumigación o aspersión aérea de glifosato que, con el pretexto de dar  fin a los cultivos ilícitos ha acabado con cosechas, contaminado el agua, generado enfermedades y la muerte de menores.
  • La ruptura del tejido social por la creación de “estrategias de seguridad” que vinculan a la población civil al conflicto armado
  • El aumento de las violaciones sistemáticas a los Derechos Humanos y al Derechos Internacional Humanitario por parte de las fuerzas represivas del Estado, que se ha incrementado durante todo el período de Álvaro Uribe Velez.

La propuesta de establecer bases norteamericanas en el país es parte de la consolidación del modelo represivo al interior de Colombia con el ánimo de sofocar la resistencia histórica de nuestro pueblo. A su vez es un indicativo de la internacionalización del conflicto, que finalmente se desborda hacia  los países vecinos. Los ataques dirigidos al territorio ecuatoriano y venezolano desde Colombia son muestra de ello. La posibilidad de enfrentamiento bélico con otros países se da en el contexto de pueblos hermanos como los de Ecuador, Venezuela, Nicaragua y Bolivia que han escogido modelos de desarrollo alternativos.

La actual crisis del sistema capitalista genera el interés por parte del principal exponente de este modelo, Estados Unidos, de apoderarse de la megadiversidad del continente de la esperanza a toda costa. 
Las bases militares son un gesto de internacionalización del conflicto. Son un golpe al movimiento social, cultural y político que lucha y resiste en Colombia con el propósito de terminar con el terrorismo de estado, construir una sociedad soberana con paz y justicia social, donde la memoria sea el apoyo constante para la no repetición del holocausto al que nos han sometido.

¡Solidaridad con el pueblo colombiano en su histórica resistencia!
¡Basta de terrorismo de estado!
¡Solución política al conflicto social y armado que vive Colombia!
¡Intercambio humanitario ya!

MOVIMIENTO DE VICTIMAS DE CRIMENES DE ESTADO

(MOVICE-CAPITULO ARGENTINA)