[:es]El Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (MOVICE), reunido en su Asamblea Nacional de Delegados y Delegadas los días 27, 28 y 29 de enero de 2025, en el marco de la conmemoración de los 20 años de lucha, resistencia y dignidad, declara ante la opinión pública nacional e internacional:
Este vigésimo aniversario no solo representa dos décadas de existencia organizativa, sino también de resistencia frente a la impunidad y el olvido. Durante estos 20 años de trayectoria, nos hemos consolidado como un faro en la defensa de los derechos de las víctimas de crímenes de Estado, exigiendo verdad, memoria, justicia, reparación integral y garantías de no repetición. El Movimiento reafirma su compromiso de continuar esta lucha hasta que todos los responsables, tanto directos como indirectos, respondan ante la justicia.
A lo largo de estas dos décadas, hemos enfrentado numerosos desafíos, entre ellos el aumento de la violencia contra líderes y lideresas sociales y defensores de derechos humanos, la estigmatización y la falta de voluntad política para impulsar procesos genuinos de justicia. La Asamblea reconoce que, aunque se han logrado avances durante el gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez, las prácticas paramilitares continúan presentes en diversos territorios del país. Asimismo, la suspensión de las mesas de negociación ha provocado un recrudecimiento de la violencia, dejando a la población civil atrapada en medio del conflicto, como sucede hoy en el Catatumbo, situación que rechazamos categóricamente. Ante esta situación, y atendiendo al principio de centralidad de las víctimas, hacemos un llamado urgente al gobierno nacional y a los distintos grupos armados para que se comprometan decisivamente con la construcción de paz, se reactiven las mesas de negociación y se construyan espacios de participación ciudadana efectivos e incluyentes.
En este contexto, reivindicamos la lucha y el compromiso de todas las compañeras, compañeres y compañeros que, durante estos 20 años, han defendido incansablemente los derechos de las víctimas de crímenes de Estado. Honramos especialmente a quienes entregaron su vida en esta causa, defendiendo la memoria y la verdad frente a la impunidad. Sus nombres y su legado permanecen vivos en la historia del movimiento, siendo un faro de resistencia y dignidad que guía nuestra búsqueda de justicia.
En este sentido, reconocemos y valoramos profundamente a quienes, pese a las adversidades del contexto actual, continúan firmes en la lucha por las Garantías de No Repetición. Su perseverancia frente a la violencia, la estigmatización y la falta de voluntad política es un testimonio de esperanza y compromiso con la construcción de un país en paz. Reafirmando nuestro su compromiso de seguir acompañando estas luchas, convencidos de que la memoria y la justicia son pilares fundamentales para un futuro sin crímenes de Estado.
En el transcurso de estos 20 años de incansable labor, reconocemos y exaltamos el papel fundamental de las organizaciones sociales y de las organizaciones defensoras de derechos humanos, tanto nacionales como internacionales. Estas han sido aliadas estratégicas en la lucha por la verdad, la justicia y la reparación, sumándose con firmeza a enarbolar las banderas de las víctimas de crímenes de Estado en Colombia.
La contribución de estas organizaciones ha sido esencial para visibilizar las violaciones de derechos humanos, denunciar las estructuras de impunidad y acompañar a las comunidades en sus exigencias de justicia. Gracias a su compromiso, se han impulsado procesos de transformación estructural que buscan no solo la reparación de las víctimas, sino también la consolidación de un país verdaderamente democrático, en paz y con garantías plenas para la defensa de los derechos fundamentales.
En un contexto marcado por la violencia y la estigmatización, la labor de estas organizaciones ha representado un faro de esperanza y resistencia. Su trabajo ha sido clave para abrir espacios de diálogo, fortalecer la participación ciudadana y exigir al Estado el cumplimiento de sus obligaciones en materia de derechos humanos. Por ello, tenemos la convicción de continuar trabajando de la mano con estas organizaciones, convencidos de que sólo a través de la unidad, la persistencia y la movilización social será posible construir un país donde la dignidad, la justicia y la memoria sean pilares inquebrantables.
La defensa de la memoria de las víctimas de crímenes de Estado constituye un campo de disputa fundamental en la lucha por la verdad, la justicia y la no repetición. En este escenario, se confrontan las fuerzas que buscan la impunidad con aquellas que exigen el reconocimiento y la reparación integral de las víctimas. La preservación y reivindicación de la memoria no solo honra a quienes fueron víctimas de la violencia estatal, sino que también se erige como un mecanismo esencial para desmontar narrativas de negacionismo y garantizar que estos crímenes no queden en el olvido ni en la impunidad. Por lo anterior, hacemos un llamado a articular reflexiones y acciones que permitan derrotar el pensamiento reaccionario que se disfraza de olvido y negación.
A 20 años de su fundación, el MOVICE sigue firme en su convicción de que otro país es posible, uno donde la vida, la justicia y la paz prevalezcan sobre la violencia y la impunidad.
¡Somos Semilla, Somos Memoria, Somos el Sol que Renace ante la Impunidad. Somos el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado!