Como profetas en tierra prometida, en estos cinco años hemos sufrido la revictimización de compañer@s, que han sido amenazados, perseguidos, y asesinados por su lucha en pro de las víctimas. No ha sido en vano este transcurrir y gracias a la persistencia hemos ganado un espacio en la sociedad, en medio de la criminalización de la oposición política que caracterizó al gobierno pasado. Logramos la movilización histórica del 6 de marzo del 2008, que pronto se convirtió en el día mundial de homenaje a las víctimas de crímenes de Estado. Desde un comienzo y antes de su aplicación, las víctimas hicimos evidente la improcedencia y falta de ética del marco normativo propuesto por el Gobierno Nacional. Hoy esta voz es casi generalizada y compartida, suena con armonias críticas y parece decir: este marco normativo conduce infranqueablemente a la humillación de las víctimas, pues claramente favorece a los victimarios.
En estos cinco años hemos transcurrido, desde la lucha de las víctimas y la justeza de sus demandas. Así se ratificó en el Foro nacional: a cinco años de aplicación de la Ley 975 del 2005, ni paz ni justicia para las víctimas. Según se dijo allí, el saldo de crímenes y de Estado, montajes judiciales, criminalización de la oposición política es casi indecible por su magnitud. El Movice ha documentado más de 200 casos de revictimización, no hay justicia, ni verdad ni reparación integral para las víctimas. Como lo expresamos en días recientes, hoy en Colombia: Ni verdad, pues las confesiones de los paramilitares son parciales y hay una participación nula de las víctimas; ni justicia, pues no hay a la luz de hoy castigo a los responsables, tanto beneficiarios como autores intelectuales; ni reparación integral, pues se trata de un marco normativo que repara a las víctimas de forma subsidiaria; ni garantías de no repetición, pues el Estado no ha tenido voluntad alguna de desmontar de manera definitiva las estructuras paramilitares.
Llevamos a nuestros muertos en las luchas cotidianas, en la sangre, en el alma, recordamos a los comités de derechos humanos, sindicatos y organizaciones campesinas, que se unieron para la lucha en contra del olvido y la impunidad en la década de los ochentas, como respuesta de las detenciones-desapariciones; a los abogados asesinados y desaparecidos; a las organizaciones de derechos humanos que se aventuraron, como lo hiciera el Quijote de Cervantes, a enfrentarse a los ogros de los molinos de viento, en medio de un contexto adverso, creando en 1994 el Proyecto Nunca Más.
Queremos recordar y extender un sentido homenaje a las mujeres y hombres que han dado su vida y nos han acompañado, a los que hoy están y no están con nosotros, por su justa lucha a favor de la verdad, la justicia y la reparación integral; por su lucha denodada en contra del olvido y la impunidad; por su persistencia en la defensa de los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación integral, pese a las amenazas, hostigamientos y asesinatos sufridos. A tod@s ellos dedicamos esta conmemoración y homenaje, en estos cinco años de construcción de movimiento.
Somos semilla, somos memoria, somos el sol que renace ante la impunidad