La barbarie realizada el 16 de mayo de 1998, cambió nuestras vidas como pobladores y pobladoras de la Comuna 7, cambió la historia de Barrancabermeja, del Magdalena Medio y dejó un hito amargo en la historia nacional.
Hoy, después de quince años, nos entregan el cuerpo de José Milton Cañas Cano, cuerpo encontrado en el año 2007 juntos con otros cinco cuerpos ya entregados.
Son 15 años los que hemos vivido sin entender el silencio, un silencio dañino, un silencio con sabor a doble desaparición, a revictimización, la prohibición de descongelar un duelo congelado en el tiempo, no sé y no entendemos que pasó, de quien es la culpa, quien tenía la responsabilidad de darle la identificación a un cuerpo que ya había durado 9 años enterrado en el fango, lleno de agua en unas tierras tan acidas y húmedas y tan desconocidas para él, porque no era su tierra natal, era la tierra del terror y del horror donde personas víctimas de diferentes clases sociales, raza, sexo y orientación sexual fueron llevadas contra su voluntad para ser torturadas y luego asesinadas por un grupo armado que se creía dueño de la vida, se sentía con derecho a violentar, asesinar y desaparecer a todo aquel que pudieran encontrar en el camino sin importarles el daño emocional, social y el daño al entorno familiar que causarían al cometer el delito de desaparecer forzosamente a nuestro seres queridos.
Repudiamos la complicidad de un Estado que solo ha dejado huérfanos, viudas, madres sin sus hijos, hermano sin sus hermanos o hermanas, duele el alma, duele el corazón, pero duele más la indolencia, la falta de sensibilidad humana de los funcionarios de entidades como la fiscalía, medicina legal, quienes dejaron pasar 15 largos y tortuosos años para cumplir con sus funciones institucionales de identificar un cuerpo que debía contar con un embalaje especial protegido en la mal llamada “CADENA DE CUSTODIA “. Cadena de custodia, figura jurídica que se presume debe responder por ofrecer un sitio de protección especial con plena identificación de los cuerpos recuperados. Por eso hoy seguimos sin entender tanto silencio, porque no hay una explicación que pueda satisfacer los signos de interrogación que tiene una familia y un colectivo que ha luchado por buscar y encontrar la verdad, la justicia, y a los desparecidos y desaparecida que aún nos faltan por encontrar.
Quince años recorriendo el país y las entidades del Estado para que nos dijeran ¿dónde está el cuerpo encontrado en el 2007 por el Das en San Rafael de Lebrija, corregimiento del municipio de Rionegro, Santander?. ¿Por qué no identificaron este cuerpo encontrado?, ¿Cuáles son ó cuáles fueron las excusas para negar la entrega del cuerpo de José Miltón junto con otros cinco cuerpos de los familiares entregados en el año 2009?.
Estamos convencidas y convencidos que gracias al caminar de la mano como Colectivo junto al Movice y Asfaddes, al acompañamiento continúo de organizaciones sociales y defensoras de derechos humanos como el Programa Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (PDPMM), la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos (CREDHOS), el Espacio de Trabajadoras y Trabajadores de Derechos humanos (ETTDDHH) entre otras hemos podido resistir, persistir y no desistir de la búsqueda de nuestros familaires.
Así mismo, sin la creación de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), a quien le entregamos el caso de José Miltón como prioridad para entregarlo, por la tan llamada cadena de custodia, pudimos saber donde estaba reposando; y a quién correspondía.
Acudimos a la CIDH que elaboró un informe de fondo, que contribuyó para que se conociera, se identificara y se recuperara el cuerpo de José Miltón y para que hoy sea posible la entrega DIGNA, porque era un ser humano que merecía que su familia pueda realizar la descongelación del duelo.
Solo quienes hemos padecido la desaparición de un familiar sabemos lo doloroso que es desconocer su paradero, peor aún cuando hay una doble desaparición y una doble revictimización. Son 24 años de resistencia contra el olvido, de lucha contra la impunidad. Luchamos por la dignificación de nuestra y nuestros familiares desaparecidos y asesinados en complicidad por agentes del Estado, empresarios y paramilitares. Lo decimos porque ya está demostrado por la justicia ordinaria y en versiones de justicia y paz, donde los beneficios que les otorgaron a los victimarios se convirtió en una nueva revictimización para nosotros como familiares y colectivo. Ellos, los victimarios, señalan, amenazan, desplazan, persiguen y en muchos casos acaban con nuestras vidas asesinándonos como paso con ELIZABET CAÑAS hermana de JOSE MILTON, YOLANDA SALAMANCA, LUIS MARIA PINEDO, FRANCISCO GARCIA, y otras familias que salieron desplazadas de Barrancabermeja para salvaguardar sus vidas.
Un homanaje a nuestros desaparecidxs que ya fueron encontrados en este largo caminar, Jose Miltón Cañas, Osvaldo Enrique Vasquez, Carlos Arturo Alaixt Prada, Wilson Pacheco, Ricky Nelson Garcia, Ender Gonzalez, Juan de Jesus Valdivieso, Melquesidec Salamanca, Oscar Leonel Barrera, los que nos faltan por encontrar, Daniel Campos, Jaime Yesid Peña, Carlos Enrique Escobar, Reinel Campo Arevalo,Gary Pinedo, Juan Carlos Rodriguez, Luis Fernando Suarez, Fernando Ardila Landinez, JhovannyHerrera Cañas, Orlando Martinez, Jose Octavio Osorio, Libardo Londoño, Alejandra Maria Ochoa, Diego Fernando Ochoa, Robert Wells Gordillo, Wilfredo Perez, y a los 7 asesinados que fueron dejados en el camino ese faltal 16 de mayo de 1998 por el escuadron de la muerte, Diomio Hernandez, Jose Javier Jaramillo, Luis Jesus Arguello, Nehir Enrique Guzman, German Leon Quintero, Eliecer Javier Quintero, Pedro Julio Rondon.
Somos como el ave Fenix, resurgimos de entre las cenizas, por verdad y justicia, y no desistiremos hasta el final por encontrar a nuestros familiares, así sea el huesito del dedo mequiñe, que nos indique el Adn, esa sera la reparación y la sanación de la herida que permanece abierta por causa del dolor que nos causaron y que nos obliga a sobrellevar un duelo congelado.
“Sin volver ni haberse ido”