La Mesa por la Verdad, plataforma de encuentro y articulación que aglutina alrededor de 28 organizaciones sociales y de defensa de derechos humanos del nivel nacional, regional y en el exilio que inicia durante el Acuerdo de Paz y fue creada para contribuir a una paz comprometida con la verdad del por qué y cómo el conflicto armado ha impactado al país, conmemoramos que hace un año la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición entregó públicamente su Informe Final.
Las organizaciones de la Mesa por la Verdad no sólo contribuimos con el mandato de la Comisión, sino que hoy respaldamos y promovemos su legado reconociendo sus hallazgos y recomendaciones, sin negar que aún falta mucho por saber, mucho por contar.
Celebramos que el mismo 28 de junio de 2022, después de la espera y con la esperanza de iniciar el camino de la apropiación y difusión de lo alcanzado para la verdad, el presidente de la república electo anunciara públicamente que daría cumplimiento “a rajatabla” a las recomendaciones de la Comisión. Hoy también consideramos de gran relevancia que, en este camino, ministerios como el de Educación, el de Cultura o el de Justicia, están comprometidas con la verdad y la memoria desde los hallazgos y recomendaciones; que el impulso de procesos o proyectos de ley (radicados y no radicados) esténcontribuyendo al legado de la Comisión. En este mismo sentido, resaltamos que el Plan Nacional de Desarrollo recoja gran parte de las recomendaciones para la no repetición que ha dejado la Comisión.
Por su parte, ha sido vital que en el territorio nacional organizaciones sociales, el movimiento social, colectivos y sectores comprometidos con la memoria y la verdad estén haciendo múltiples acciones que contribuyen a dicho legado y que continúan exigiendo garantías y mucha mayor atención frente a todo lo que halló y recomendó la Comisión de la Verdad. Esto demuestra el gran interés de una parte importante de la sociedad colombiana para que la verdad nos permita avanzar hacia una transición democrática hacia la paz y la reconciliación, teniendo como punto de partida un informe que hoy es un hito para el país. Un informe con un vasto y profundo trabajo comprendido por más de 14.000 entrevistas, con 30.000 personas escuchadas, información contrastada de cerca de 112 bases de datos y con la recepción de más de 1.000 informes entregados desde organizaciones de derechos humanos y entidades públicas y privadas.
La Comisión de la Verdad y muchas de las víctimas, organizaciones y la sociedad que aportamos a la Comisión durante su trabajo, tuvieron que resistir un sinnúmero de amenazas, de omisiones y muchas dificultades de carácter político, mediático, así como las derivadas de la violencia reciclada del conflicto en los territorios y todo lo relacionado con los tiempos de pandemia durante 2020 y 2021. Sin embargo
y debido a la importancia que para un país de más de nueve millones de víctimas de la guerra fue contar con una Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, no desistimos en el esfuerzo para que toda la sociedad pudiera y pueda conocer, replicar y movilizar los hallazgos y las recomendaciones, así como todos los capítulos y el compendio de herramientas que dejó la culminación del trabajo de la Comisión. Por eso, después de un año, también nos permitimos compartir lo siguiente:
Ø La implementación de las recomendaciones de la Comisión y la seriedad con la que deben ser tomados sus hallazgos deben ser un compromiso ético para que no se repita más la guerra, la persecución política y estigmatización a defensores, líderes, lideresas y comunidades; debe ser un compromiso para que no se profundice el olvido ni se minimicen los aportes a la verdad.
Ø Si bien, las organizaciones de la sociedad civil aquí firmantes y el movimiento social fue fundamental como respaldo, observadores y aportantes al trabajo de la Comisión y su legado, consideramos que el Estado colombiano, sus entidades públicas, el Congreso de la República y las agendas territoriales tienen un deber con la memoria y con la verdad, por lo cual, son importantes las garantías, la articulación y la materialización de acciones a los hallazgos y recomendaciones del Informe final de la Comisión desde sus competencias.
Ø Frente a la importancia de las recomendaciones de la Comisión, consideramos que el Estado y sus instituciones pueden impulsar y apoyar más ampliamente, desde la política pública, las responsabilidades del Comité de Seguimiento y Monitoreo de las Recomendaciones. Es importante para todo el país el trabajo, observaciones y conclusiones del Comité.
Ø La memoria y la verdad como bien público, de amplia participación, con autonomía y reconocimiento contribuyen a un futuro posible, a una paz grande, a una paz total. Por eso, insistimos en que el Informe Final de la Comisión de la Verdad no debe ser invisibilizado o excluido, sino que, al contrario, debe ser parte de las conversaciones permanentes y amplias de país, de nuevos escenarios sobre las verdades, los reconocimientos de responsabilidades y la memoria que aún falta para que sanemos más esta herida profunda de la violencia en Colombia.
Por último, animamos a toda la sociedad colombiana, a la Colombia fuera de Colombia, a sus diversos territorios, comunidades y procesos, a conmemorar un año de un acontecimiento histórico, vital, como lo fue la entrega del Informe final de la Comisión de la Verdad.
Suscriben:
• Caribe Afirmativo
• Casa de la Mujer
• Centro de Memoria, Paz y Reconciliación-CMPR
• Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos-CPDH
• Conciudadanía
• Corporación Podion
• Corporación Reiniciar
• Escuela Nacional Sindical
• Gestapaz
• Instituto Popular de Cultura-IPC
• Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado-MOVICE
• Paz y Esperanza Colombia
• Red Colombiana de Lugares de Memoria-RESLAC
• Red de Mujeres del Caribe
• Red Nacional de Programas Regionales de Desarrollo y Paz-Redprodepaz
• Red Nacional en Democracia y Paz
• Rodeemos el Diálogo
• Ruta Pacífica de las Mujeres
• Viva la Ciudada
Una conmemoración por la memoria y la verdad Mesa por la Verdad