“Una ley que adolece de las demandas de las víctimas a la verdad, la justicia y la reparación integral”, fue una de las conclusiones gruesas de los juristas allí presentes, quienes hicieron palpables los desaciertos y omisiones de este marco normativo, desde su formulación hasta su implementación.
Ni verdad, pues las confesiones de los paramilitares son parciales y hay una participación nula de las víctimas; ni justicia, pues no hay a la luz de hoy castigo a los responsables, tanto beneficiarios como autores intelectuales; ni reparación integral, pues se trata de un marco normativo que repara a las víctimas de forma subsidiaria; ni garantías de no repetición, pues el Estado no ha tenido voluntad alguna de desmontar de manera definitiva las estructuras paramilitares.
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