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Agente del ESMAD admite culpabilidad en encubrimiento del asesinato de Nicolás Neira

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Más de doce años después del asesinato de Nicolás Neira -un niño de 15 años-, por acciones de agentes del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) durante una movilización del primero de mayo, los responsables son señalados. El entonces capitán Julio César Torrijo Devia –quien desde 2011 se encuentra pagando una condena por narcotráfico-, aceptó en una audiencia, realizada en los juzgados de Paloquemao el 4 de agosto, cargos por haber encubierto al agente Néstor Julio Rodríguez Rúa, responsable por el homicidio del niño.

 

Según el testimonio de Torrijo Devia, el disparo de Rodríguez Rúa (su subordinado) se habría efectuado en su presencia pero sin la debida autoriazación suya. Aunque, aclara Mahecha, que desde la perspectiva de las víctimas no se cree que los hechos se dieran sin orden de un superior.

 

“Ese señor se vio sin salida y ante la fiscalía reconoció que sí, que él había encubierto este crimen”, explica el abogado Pedro Maecha, quien representa a la familia de Nicolás Neira en este caso, “Pero se escuda, explica o se defiende diciendo que hace ese encubrimiento por orden de un superior. Es decir, que un superior que también conoce del delito, le ordena a él encubrir y cambiar los testimonios de la tropa”.

 

Mauricio Infante Pinzón, en ese entonces Mayor en el ESMAD, fue el oficial señalado de ordenar el encubrimiento. Se espera que la Fiscalía no dilate el proceso y proceda con prontitud a realizar la imputación de cargos por haber ordenado el encubrimiento del crimen.

 

“Eso tiene un tema muy delicado, es que después de tanto debate sobre el tema de la obediencia debida en las fuerzas militares, continúa”, dice el abogado Mahecha, “Es decir, la obediencia debida en el caso de graves violaciones a los derechos humanos, sigue presente. Y este señor, según lo ha dicho, ocultó, o encubrió, al asesino por una orden de un superior”.

 

Los hechos y cómo ha avanzado el caso

 

Los hechos ocurridos ese primero de mayo de 2005, tuvieron su consecuencia final cinco días después. Durante la marcha que se adelantaba y que avanzaba por la Carrera 7ma, hacia la 1:30 de la tarde, varios agentes del ESMAD agredieron físicamente a Nico -como le dicen sus familiares- y causaron que, el 6 de mayo de ese mismo año, falleciera.

 

Desde ese momento se iniciaron las investigaciones por parte de los entes oficiales -Procuraduría y Fiscalía- pero más de una década después, no había resultados que llevaran a la judicialización de los responsables del crimen.

 

Inclusive, cerca de la fecha del aniversario de Nicolás, su padre, Yuri Enrique Neira, interpuso un derecho de petición ante el Fiscal General Néstor Humberto Martínez con el fin de obtener información que diera cuenta de los avances en la investigación.

 

“Lo primero a señalar, es que este es un trabajo especialmente del padre del niño asesinado, es decir de Yuri Enrique Neira Salamanca, que como una gota de agua en roca fue abriendo un hueco hasta presionar de qué manera a la Fiscalía, para que actuara realmente con las pruebas que ya tenía recogidas”, dice Mahecha.