El Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) celebra el anuncio de un cese bilateral entre el Gobierno y las FARC-EP como un hecho histórico que deja sentadas las bases para comenzar a construir un nuevo país con justicia social y que contribuye a cimentar el camino para una paz estable y duradera.
Ha sido uno de nuestros constantes llamados para que el proceso avance sin enfrentamiento y sin hostilidades y para evitar que se produzcan nuevos hechos que victimicen a la población colombiana, así como para que se genere ambiente favorable de cara a la refrendación de los acuerdos. Insistimos en que el cese bilateral debe contar con efectivos mecanismos de verificación y seguimiento pactados por las partes.
Para nosotros, como víctimas, que hemos padecido en carne propia los horrores de la guerra y de la violencia sociopolítica en Colombia, el anuncio del cese bilateral entre el Gobierno y las FARC nos permite creer que en un futuro cercano podremos ver materializado ese país en paz que deseamos heredarle a las generaciones venideras y que es posible que Nunca Más un colombiano sufra el dolor que producen la desaparición forzada, la tortura física y psicológica, el desplazamiento forzado, el odio y la persecución contra quienes piensan o sienten diferente, la violencia contra las mujeres cuando son vistan como ‘botín de guerra’, los mal llamados ‘falsos positivos’ para demostrar ventaja en combates y la partida de un hijo hacia las filas de un actor armado por reclutamiento forzado o por falta de oportunidades distintas.
Hemos reiterado también que la vía para alcanzar la PAZ es la negociación política del conflicto armado. En este sentido, hoy reiteramos nuestra exigencia al Gobierno y al ELN a que se sienten a conversar para que Colombia camine hacia una paz completa e instamos a que pacten también un cese a las hostilidades para generar un clima favorable al inicio de estos diálogos. De igual forma, reiteramos la necesidad de que se garantice la participación activa de las víctimas.
Insistimos, en la urgencia de crear una Comisión de Alto Nivel de Garantías de No Repetición, con presencia internacional, que haga seguimiento a la implementación de los acuerdos y que alerte, vigile, recomiende y haga seguimiento al cumplimiento del proceso de transformación institucional que ofrezca garantías de NO Repetición de graves violaciones a los derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario.
Reiteramos que la solución política al conflicto armado implica reformas estructurales que combatan las causas que lo han originado y cambios en la política nacional. La aplicación de mecanismos reales para el desmonte efectivo de grupos paramilitares debe ser un compromiso fundamental asumido por el Estado y vigilado por organizaciones internacionales y de derechos humanos.