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(Español) La paz total se hace con las víctimas de crimenes de Estado

Comunicado Oficial

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(Español) Hoy 6 de marzo, Día de la Dignidad de las Víctimas de Crímenes de Estado, nos pronunciamos para honrar la memoria de cada uno de los defensores y defensoras de Derechos Humanos, líderes sociales, ambientales, estudiantiles que han sido estigmatizados, criminalizados, judicializados, mutilados, encarcelados, desaparecidos, exiliados, torturados, desplazados y asesinados por el Estado colombiano. La impunidad que envuelve los crímenes cometidos por agentes estatales en Colombia es el combustible para el recrudecimiento de la violencia, la perpetuidad del exterminio a la oposición y la prolongación de un régimen autoritario que no honra los compromisos asumidos como Estado, sino que permite y promueve el genocidio continuado. Dicha impunidad se encuentra arraigada en lo más profundo del funcionamiento del Estado cuando existe  un aparato de justicia, un Ministerio Público y una Fiscalía General de la Nación deliberadamente inoperantes que se esfuerzan en garantizar que los agentes estatales responsables de graves violaciones a los derechos humanos no sean perseguidos ni juzgados.

 

A pesar de ello,  conservamos amplias expectativas con el compromiso reafirmado por el Gobierno de Gustavo Petro para la consecución de la paz total por medio de la apertura de diálogos con las estructuras insurgentes para la búsqueda de acuerdos de paz y la implementación de una política de sujeción a la justicia para las organizaciones criminales, que busque darle fin definitivo y simultáneo a todas las violencias que hoy siguen dejando víctimas en Colombia, incluyendo además la verdadera y definitiva desarticulación de las cerca de 22 estructuras paramilitares que continúan operando en Colombia en colaboración con sectores políticos y empresariales. En ello advertimos necesario diferenciar entre el desmantelamiento de estructuras y organizaciones criminales, incluidas las sucesoras del paramilitarismo, de los procesos de negociación política con grupos rebeldes, sin perjuicio de la inminente necesidad de que en ambos procesos se aborde la responsabilidad del Estado en la comisión de graves violaciones a los derechos humanos e infracciones al derecho internacional humanitario, así como su responsabilidad en la garantía de derechos de todas las víctimas.

 

De forma complementaria a estas iniciativas legislativas y de diálogo con actores armados, el Gobierno Nacional no debe obviar que el propósito de la consecución de la paz pasa por la erradicación de las narrativas negacionistas que buscan desconocernos como víctimas al tiempo que desconocen la participación del Estado y la existencia de la violencia política; la investigación, juzgamiento y sanción de los agentes estatales comprometidos con la violencia contra la población civil; el cese de la promoción de políticas públicas regresivas en derechos; el reconocimiento público de responsabilidad de los máximos responsables; la puesta en marcha de una reforma estructural a la Fuerza Pública; la promoción de estrategias institucionales para la protección del liderazgo social y, sin duda alguna, la implementación integral  del Acuerdo de Paz. 

 

Con ocasión de este día de conmemoración, ratificamos nuestro compromiso con la construcción de la paz con justicia social y la solución política negociada al conflicto armado, expresando a la mesa de diálogo entre el Gobierno Nacional y el Ejército de Liberación Nacional nuestro respaldo y disposición de acompañamiento permanente. Somos conscientes de los esfuerzos de las partes por desarrollar con la mayor celeridad posible los puntos de la agenda y sabemos de las dificultades que han surgido y que han llevado al escalamiento del conflicto. Estas dificultades y acciones bélicas han debilitado la confianza construida entre el gobierno y el ELN, y alimentan los discursos y las presiones de sectores políticos y sociales que insisten en ponerle fin a las conversaciones porque se benefician de la guerra. Es por ello que les convocamos a que, pese a los desencuentros, las partes mantengan  el espacio de diálogo y comprometan sus esfuerzos y voluntades en sobreponerse a las adversidades, escuchando los anhelos de paz de las víctimas y de la sociedad colombiana.

 

Exhortamos al conjunto de los integrantes de la Mesa de Diálogo a no olvidar el papel determinante que ha tenido el Estado colombiano en la prolongación del conflicto, y en consecuencia, en la necesidad de participarnos como víctimas de la criminalidad estatal y del genocidio político de aquellas discusiones que busquen ponerle fin a décadas de violencia. Nuestra participación en cualquier proceso de paz es esencial para garantizar que se aborden adecuadamente nuestras necesidades y preocupaciones, y que se diseñen estrategias para develar patrones de macrocriminalidad, persecución e inteligencia ilegal que han permanecido ocultos, asimismo, para lograr establecer garantías que propendan por la no repetición.  La participación de las víctimas de crímenes de Estado en las discusiones que persigan la desactivación de la violencia es esencial para alcanzar una paz total y duradera.

 

Las décadas de lucha por la verdad y la justicia que hemos acumulado las víctimas de crímenes de Estado, y los aprendizajes que con ello hemos adquirido, los ponemos al servicio de la Mesa para consolidar la paz como una máxima, garantizar de forma eficaz la no repetición de la violencia, y esclarecer con exhaustividad la responsabilidad de agentes estatales y de otros actores (económicos, políticos)  en la comisión de crímenes de lesa humanidad. Las víctimas de crímenes de Estado tenemos derecho a conocer la verdad sobre lo que nos sucedió y quiénes fueron los máximos responsables. Es importante que se establezcan mecanismos para investigar y documentar los crímenes cometidos, así como para identificar, procesar y sancionar a los responsables.

 

Escuchar la voz de las víctimas de crímenes de Estado es una de las condiciones necesarias en el tránsito a la paz para que nunca más se repitan los crímenes de Estado en Colombia. 

 

La paz total se hace con las víctimas de crímenes de Estado.

¡Somos semilla, somos memoria, somos el sol que renace ante la impunidad!