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Cuatro hermanos Mayuza han caído víctimas del exterminio para-estatal

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El pasado 31 de diciembre, fue asesinado en el municipio de La Unión, Valle del Cauca, José Lenin Mayuza, ex concejal de Vistahermosa, Meta y miembro de una tradicional familia comunista y revolucionaria de los Llanos orientales, diezmada por la guerra sucia y la persecución oficial.
Muere asesinado por paramilitares José Lenin Mayuza, ex concejal de la Unión Patriótica.

Partido Comunista Colombiano

Luis Mayuza, asesinado en Saravena

Carmen Mayuza, hermana de José Lenin Mayuza, ex concejal de la Unión Patriótica, asesinado el 31 de diciembre, en el municipio La Unión (Valle del Cauca).

"Mi hermano era un hombre de 51 años de edad, quien hacía muchos años se había dedicado al comercio en el municipio de La Unión (Valle) luego de haberse retirado del campo político, donde fue un dirigente muy reconocido de la Unión Patriótica, llegando a tener cargos de concejal del municipio de Vistahermosa (Meta) de donde fuimos desplazados en el año 1988 a raíz de la guerra paramilitar contra todo militante de la Unión Patriótica. Mi hermano se encontraba en el municipio de La Unión (Valle) hacía muchos años trabajando digna y honradamente, como lo han reconocido en la ceremonia de su sepelio los comerciantes organizados, quienes sacaron un comunicado que dieron a conocer en la iglesia y nos entregaron a la familia, donde destacan las labores de comerciante, de una persona digna, trabajadora, y muy interesada en ayudar a las comunidades más necesitadas, colaborando con la posibilidad laboral y a la vez con los aportes solidarios que trataba de brindarle a las comunidades. Y el humor que lo caracterizó siempre, el ser una persona con muchos deseos de vivir y de que otros vivieran también con felicidad esta vida que a ratos es tan amarga.

Mi hermano fue asesinado el 31 de diciembre a las 5:30 por sicarios que se movilizaban en una moto. Uno de ellos llegó a la puerta del almacén y en el momento en que él llegaba en una moto, le pegó dos disparos en la cabeza y luego lo remató en el piso con 6 disparos más, a los ojos de la multitud que en ese momento transitaba por toda la calle principal del comercio de La Unión (Valle) donde celebraban la despedida tradicional de fin de año. Irónicamente a nosotros nos aterra pensar que en esas festividades siempre está el pueblo militarizado. Lo que nosotros pudimos ver cuando fuimos a su sepelio fue policía y ejército, pero, lamentablemente, hasta esta hora no hay detenidos ni nada que nos garantice que ese crimen, como tantos crímenes en mi familia, no va a quedar impune. A nosotros nos preocupa muchísimo imaginarnos que, como en crímenes anteriores, no vamos a tener respuestas".

¿Por qué cree que asesinaron a su hermano?

"Yo creo que los móviles son políticos, ya que nosotros hemos sido persistentemente amenazados por fuerzas oscuras del Estado. Nosotros hemos sido víctimas de la violencia más atroz que vive este país durante décadas. Hemos sido víctimas de encarcelamientos, de penalizaciones injustas, de asesinatos constantes, selectivos. Lo que fue la familia Mayuza ya no existe. A los hombres de esa familia los acabaron prácticamente a todos. Nosotras las mujeres, las que quedamos todavía con vida, nos ha tocado no más que enterrar a nuestros hermanos. Nosotras consideramos que es como la parte que están poniendo las mujeres en este país, la parte del dolor por esa política de Estado que no hace más que buscar a la oposición, encuéntrese donde se encuentre  para exterminarla, para acabar con las posibilidades de oposición en este país. Nosotros creemos que sin hacerle daño a nadie y sin jamás haber utilizado las armas, hemos sido víctimas de una de las peores persecuciones que una familia colombiana pueda tener".

¿Ustedes han emprendido alguna denuncia a nivel nacional, municipal, o ante alguna entidad del Estado?

"Nosotros hemos denunciado ante la Fiscalía General de la Nación las amenazas y los atropellos de que hemos sido víctimas, pero realmente nosotros nos damos cuenta de que no hemos tenido eco. El Estado no nos ha brindado ninguna clase de protección y muestra de ello es que luego del asesinato de mi hermano Luis el 8 de agosto del 2008, yo informé a la Fiscalía de su asesinato; le hemos informado que estamos amenazados de muerte por parte de grupos paramilitares. A mi hermano Lucho lo amenazaron antes de su asesinato y le dijeron que los demás también seríamos asesinados, y prueba de eso es que 2 años y 4 meses después del asesinato de mi hermano Luis en Saravena (Arauca), ahora, el 31 de diciembre de 2010 me asesinan a mi hermano José en La Unión (Valle), frente a su almacén, donde se desempeñaba como trabajador del comercio durante muchos años, desde que se retiró de la política. Él se fue a trabajar allí, y no hemos tenido apoyo en absoluto por parte del Estado. A nosotros nos han negado la posibilidad de vivir en este país. A nosotros constantemente nos siguen persiguiendo y nos siguen exterminando. Nosotros no entendemos cómo es que el Gobierno nacional no nos ha brindado absolutamente ninguna garantía de sobrevivencia en este país".

 

Diálogo con Carmen Mayuza

El “delito” de ser

comunista y revolucionaria

El pasado 31 de diciembre, fue asesinado en el municipio de La Unión, Valle del Cauca, José Lenin Mayuza, ex concejal de Vistahermosa, Meta y miembro de una tradicional familia comunista y revolucionaria de los Llanos orientales, diezmada por la guerra sucia y la persecución oficial

 

ANA ELSA ROJAS

Carmen Mayuza encarna la solidaridad,

la lucha por los derechos

humanos y la solución

política negociada, se ha destacado como

una dirigenta de la salud y defensora

de las detenidas y detenidos políticos.

 

Nació en el Meta, en un hogar comunista;

desde muy niña en la escuela empezó

a liderar el sentir de sus compañeritas y

compañeritos, posteriormente ingresa a

las fi las de la JUCO y el Partido donde

se destaca por su compromiso militante

al igual que toda su familia, cuyos miembros

cumplieron roles muy destacados en

la Unión Patriótica. Trayectoria que le

ha sido cobrada con creces por parte del

terrorismo de Estado, costándole la vida

a sus 4 hermanos varones. Aún en estas

circunstancias tan dolorosas, Carmen,

Nieves, su madre y demás familiares,

continúan asumiendo las banderas comunistas

y la lucha por una Colombia

socialista libre y soberana.

 

–Muchos estudios sobre la violencia

en Colombia han demostrado cómo esta

afecta en mayor medida a las mujeres,

a pesar que en términos cuantitativos

son más los hombres sus víctimas

directas. ¿Qué opina de ello?

 

–En primer lugar, la violencia hay

que mirarla desde dos puntos de vista:

de un lado, la violencia social y de otro,

la violencia política, que en este país se

ha constituido en un instrumento de dominación

de la clase dirigente.

 

La violencia social es aquella donde

el Estado colombiano ha dejado de

asumir el papel que le corresponde con

respecto a la sociedad, por ello, la violencia

social es multifactorial y afecta

directamente a las mujeres: En el campo

de la salud con la ley 100, la desprotección

hacia los derechos sexuales y reproductivos;

en mi calidad de trabajadora de

la salud me atrevo a decir que solamente

se cubre el 40 por ciento de estos derechos,

las enfermedades huérfanas están

por fuera del plan obligatorio de salud y

las pocas que se han logrado cubrir ha

sido a través de las tutelas y las luchas y

reivindicaciones de las y los trabajadores

de la salud, trabajadores que hoy tienen

condiciones laborales más precarias por

la forma de contratación (cooperativas),

desconociéndoseles de tajo el derecho

constitucional de asociación; la reforma

que se avecina pretende profundizar aún

más el recorte de estos derechos afectando

directamente a las mujeres, las niñas

y los niños.

 

Mujer y violencia

 

En el aspecto del empleo, igualmente

las encuestas demuestran que el mayor

desempleo recae en las mujeres y además

la pérdida del empleo reitera en las

mujeres, esta afectación tiene que ver

con lo sicológico. En el aspecto de la

vivienda, el 80 por ciento de las mujeres

que se encuentra en las ciudades no

goza de este derecho fundamental, pero

además a las mujeres desplazadas no se

les cumple la ley 387 en su gran mayoría;

situación que hoy se agrava por la

ola invernal afectando directamente a las

mujeres, porque las mujeres representan

un entorno de unidad familiar. Esta

tragedia que estamos viviendo las y los

colombianos ha expuesto a las niñas y

a los niños a abusos sexuales, al trabajo

infantil, a la prostitución y a todo tipo de

vejámenes que se constituyen en una tara

para el desarrollo de la sociedad perjudicando

directamente a las mujeres. En

el aspecto de la educación hay que tener

en cuenta que hoy más mujeres ingresan

a la educación secundaria y universitaria,

pero por ser el empleo un problema

estructural del Estado y además en un

Estado patriarcal, no hay garantía para

que las mujeres tengan pleno empleo y

además se realicen en sus profesiones, la

prueba de ello es que aún hoy, en el siglo

XXI, las mujeres están luchando por

la ley de cuotas. A estas causas podríamos

sumarle el tema ambiental, que hoy

tiene su máxima expresión en los desastres

invernales y las enfermedades como

el dengue, la malaria, los problemas

bronquiales y un sinnúmero de problemáticas

que cada vez aparecerán y que

el Estado no tiene la voluntad política y

el compromiso para asumir una solución

de raíz, pues aún en la adversidad están

pensando en sus negociados y en subastar

los bienes más rentables como lo es

Ecopetrol, entre otras.

 

El segundo punto lo constituye la violencia

política; solamente en Colombia

se elimina a las personas por su vínculo

político, prueba de ello ha sido el genocidio

contra la Unión Patriótica y el Partido

Comunista Colombiano por esto hoy

cursa una demanda por genocidio político

contra el Estado Colombiano ante la

Comisión Interamericana de Derechos

Humanos.

 

El drama familiar

–¿Cómo ha sido la situación de su

familia en este exterminio?

 

–Mi caso hace parte de este proceso

y es como una afectación que se ha hecho

a mi ser como mujer: Soy hoy una

más de las mujeres de este país que he

sido víctima de la violencia paramilitar

y del Estado. Las mujeres como las

hermanas Mayuza, que hemos sufrido

el exterminio de nuestra familia luego

de haber sido desplazadas del Meta, sabemos

cuál es la cuota que nos ha tocado

pagar precisamente con mayor fuerza

a las mujeres, todo por culpa de un

Estado que poco y nada le importa la situación

de las mujeres en medio de este

confl icto, donde a nosotras, las madres,

las hijas, las hermanas, las esposas, nos

convirtieron en sepultureras de nuestros

hombres. Como familia nos ha correspondido

la media cuota de dolor de enterrar

cuatro hermanos, dos de ellos menores

de treinta años: Salomón desaparecido

en 1992 y hoy dado por muerto;

en noviembre 2003 mi hermano menor

Alexander de 26 años de edad fue desaparecido

y luego encontrado descuartizado

y en alto grado de descomposición

en Bogotá; en el 2004 mi hermano Luis

fue detenido en Arauca acusado de rebelión,

dejado en libertad 4 meses después

y declarado inocente, pero este mismo

hermano quien había sido militante

del Partido Comunista, dirigente de la

Unión Patriótica y dirigente sindical de

la CUT y quien por amenazas salió del

país, al regresar se desplazó al departamento

de Arauca, donde fue asesinado

el 8 de agosto del 2008, en Saravena,

siendo un reconocido dirigente social y

militante de la izquierda de este país. En

el 2006 fui privada de la libertad junto

con varios integrantes de la familia, entre

ellos, Nieves mi hermana y su pequeño

hijo Diego Alejandro en ese entonces de

escasos 18 meses; el Estado, por medio

del GAULA, nos hizo un enjuiciamiento

por pertenecer a la izquierda y nos

acusaron de rebelión, duramos más de

2 años en la cárcel del Buen Pastor; hoy

aún no he recuperado mi empleo como

trabajadora de la salud, a pesar de haber

sido absuelta en primera y segunda instancia

por la justicia que obrando en derecho

consideró absurdas las acusaciones

de la Fiscalía.

 

El asesinato

de Lenin Mayuza

 

Y como si esto fuera poco, el día 31

de Diciembre del 2010 a las cinco y media

de la tarde fue asesinado mi cuarto

hermano, Lenin Mayusa, en La Unión,

Valle. Mi pregunta al Estado es: ¿Hasta

cuándo las mujeres vamos a seguir viviendo

tan torturadas, tan maltratadas,

tan humilladas, qué debemos hacer las

mujeres para que se nos reconozca la importancia

que debemos tener dentro de

la sociedad? Tengo hoy a mi alrededor

tantos huérfanos que en este momento

se me escapa el número y tantas viudas

que no se qué hacer para almacenar

más dolor.

 

–¿Qué piensa hacer?

 

–Lo que sí sé es que seguiré denunciando

y luchando porque algún día las

mujeres de este país podamos estar junto

a nuestros hombres, sin el temor de

perderlos por las balas criminales amparadas

por un Estado indolente ante

la muerte y el crimen. Mis hermanos y

demás familiares caídos en esta violencia

atroz contra la izquierda colombiana,

regaron con su sangre la fuerza de

la lucha para que podamos vivir en paz,

para que mañana Colombia sea libre y

los niños y las mujeres, mayores víctimas

de este terrorismo de Estado, podamos

vivir en paz. Aunque son más los

hombres que mueren sacrifi cados por

esta violencia, es en las mujeres donde

recae el peso de la violencia social

y política.