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José Rodrigo Garcia Orozco: 20 años de memoria y resistencia

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“Al morir, no tendré tiempo de decir nada. Es por esto que dejo escrito: Mi vida fue el amor. Mi amor fue la libertad y la paz. Salud a los que aman” – José Rodrigo García Orozco –

El 26 de noviembre de 1992, el Segundo Vicepresidente de la Asamblea departamental del Meta y militante de la Unión patriótica y del Partido Comunista Colombiano, José Rodrigo García Orozco, fue asesinado, al ingresar a su residencia, ubicada en el Barrio Santa Inés del municipio de Villavicencio.

Allí, en la puerta de su hogar, fue ultimado de cinco disparos que le proporcionaron dos hombres, que se movilizaban en una motocicleta Suzuky, color roja y camuflada con cintas naranjas y blancas.

José Rodrigo García Orozco, se desempeñó como Alcalde del Municipio de Puerto Rico, departamento del Meta entre 1986 y 1988. Luego fue elegido popularmente como diputado a la Asamblea del departamento del Meta, por la Unión Patriótica y del Partido Comunista, de 1990 a 1992.

Era un docente de vocación, dirigente y reconocido líder político de la región, había contraído matrimonio con María Mercedes Méndez (ex alcaldesa del Castillo) el 14 de mayo de 1979 con quien procreo cinco niñas que quedaron huérfanas a muy corta edad, ya que su madre fue vil y alevemente asesinada el día 3 de junio de 1992, junto con cuatro personas más entre quienes figuraba al alcalde electo del Castillo, William Ocampo Castaño, la Tesorera Rosa Tulia Penal y otras, todas ellas militantes de la Unión Patriótica y del Partido Comunista.
José Rodrigo, presintiendo el calor de las balas en su cuerpo, viviendo con el temor de dejar no solo sin madre, si no ahora también sin un padre, a sus cinco hijas, dejó una nota en su bolsillo, dirigida a ellas: su hijas.
 “En mis duras faenas, os amo pequeñas mías. Mi mejor muestra de este amor, es mi propia entrega por vuestro futuro y vuestros amiguitos y amiguitas del mundo. Cuanto os amo.”
“Nací para vivir. Me niego a esta pequeña muerte. Antes que yo, miles murieron y sin embargo, aun viven. Que importan sus nuevos nombres!”

Somos  semilla somos  memoria  somos el sol  que  renace  ante la impunidad