El pasado 14 de marzo, con la presencia de decenas de víctimas, organizaciones y pobladores de la región se llevó a cabo la inauguración del monumento a las víctimas en el cementerio de la vereda Miravalles del municipio Castillo en Meta.
La vereda Miravalles es un ejemplo de las secuelas que deja la violencia en Colombia; en medio de casas abandonadas, parques consumidos por la naturaleza y silencio, se encuentra este lugar que está buscando resurgir, gracias al trabajo colectivo de sus habitantes.
El monumento instalado tiene como objetivo resaltar la importancia de la reconstrucción de memoria histórica, mostrar las repercusiones que ha tenido la violencia estatal en Colombia y visibilizar a las víctimas que siguen siendo recordadas por sus seres queridos.
Luz Odilia, es sobreviviente de la Unión Patriótica e integrante del Partido Comunista Colombiano, es el ejemplo de la lucha de muchos líderes y lideresas sociales por su compromiso social y político, que como persona y mujer tiene con el país. Con este monumento espera sentar un precedente ético y político para de esta manera aportar a la memoria de las víctimas, la verdad y las garantías de no repetición.
La obra es el tercer aporte a la reconstrucción de la memoria que Luz Odilia realiza. En el 2016 publicó un libro titulado ‘Paloma sin nido’, en el cual relata por medio de diferentes poemas, una pequeña parte de su historia familiar que ha sido atacada por la guerra vivida en el país. Por otra parte, la lideresa ya inició el proceso de la elaboración de una biblioteca para la población de Miravalles.
La inauguración del monumento
La actividad inició con un conversatorio liderado por Luz Odilia, en el cual relató el proceso que se llevó a cabo para la elaboración de este proyecto, haciendo un recorrido por su historia de vida y por pertenecer a la UP su pareja y hermano fueron asesinados, y por continuar en lucha su hijo también fallece. También resaltó el apoyo recibido por parte del Colectivo Fals Borda quienes coordinaron la ejecución de este evento, y al igual que el Movice, hicieron un apoyo significativo a la elaboración de este. Dentro del este estuvieron presentes víctimas de diferentes partes del país, quienes compartieron sus luchas y opiniones frente a la labor de Luz Odilia.
Luz Odilia en su intervención mencionó los obstáculos como lideresa, ya que ha sido víctima de los crímenes de Estado y la persecución de la guerra. En ocasiones la han tildado de loca por querer seguir pensando en la unión de fuerzas para seguir creando voces para la reconstrucción de memoria y paz, juntando víctimas y organizaciones. De lo cual ella menciona que “ha sido un proceso satisfactorio pero muy difícil”. De esto las víctimas concuerdan con que es necesario estos espacios de reconstrucción de memoria pero se dan cuenta que es necesario crear el Club de las Locas, ya que las víctimas han sido nombradas así por querer hacer levantar su voz y exigir justicia.
Posteriormente se realizó un recorrido hacia el cementerio en compañía de un grupo musical de música andina tradicional de Bogotá, con letras y ritmos originales Moque, palabra Chibcha que significa sahumerio, y es esta palabra quien le da el nombre a este grupo de jóvenes dirigido por Simón Pacheco Pico. Y una vez allí, se dio inicio al acto simbólico y espiritual liderado por el padre Alberto Franco, de la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz; durante esta actividad las familias recordaron a sus víctimas con elementos como la luz y la tierra.
Todo esto se desarrolló en compañía de las víctimas y organizaciones como Colectivo Sociojurídico Orlando Fals Borda, la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, la Corporación Claretiana Norman Pérez Bello, el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado – Movice y la Misión Claretiana del Castillo, al igual que habitantes de la zona.
En el monumento cuenta con 17 placas de metal ubicadas en la parte inferior del mismo, la principal en la cual Luz Odilia plasmó un pequeño escrito dirigido al conflicto por el que ha pasado el país y el dolor de este sobre las miles de familias que tienen secuelas del mismo; las otras 16, contienen nombres y fotografías de personas asesinadas o dadas por desaparecidas, al igual que una pequeña leyenda redactada por sus familiares. En la parte superior se encuentra un jarrón en cemento, en el cual se resaltan diferentes elementos que integran elementos de justicia, verdad y no repetición.
El monumento debido a diferentes obstáculos no está totalmente finalizado, ya que el jarrón esta aun en su molde y se debe retirar para realizar detalles finales. Luz Odilia León agradece a todos y todas las personas y organizaciones que han aportado y hecho parte de este proceso: Colectivo Sociojurídico Fals Borda, Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado – Movice, International Actions for Peace – IAP, Corporación Centro de Apoyo Psicosocial – CAPS; Héctor, José Francisco, Albert Lizcano, Magaly, Máximo y Sol.