El viernes 18 de octubre en las horas de la tarde, cuando artistas gráficos trabajaban en un mural sobre los casos de asesinatos de jóvenes mal llamados falsos positivos, miembros del Ejército llegaron al lugar, y sin que mediara ninguna intervención de la policía, también presente, borraron parte del mural, una iniciativa de memoria de organizaciones de derechos humanos. El día sábado, el muro amaneció en blanco y con militares custodiando el sitio.
La #CampañaPorLaVerdad es una iniciativa de 11 organizaciones de derechos humanos para hacer visibles los crímenes de Estado en el marco de la justicia transicional. Sobre estos, hemos entregado seis informes a la JEP con base en decisiones judiciales.
Como parte de este trabajo, también hemos divulgado en la prensa estos informes donde se documentan los asesinatos de jóvenes presentados como muertos en combate y la cadena de mando de las unidades militares en los cuales ocurrieron.
Para dar a conocer estos hechos, también hemos elaborado hojas de vida, que publicamos por redes sociales, de altos mandos militares implicados, con información verificada. Se trata de vinculados, investigados e incluso condenados. Algunos ya se han acogido a la JEP.
El mural censurado recoge la información y ejemplifica apenas algunos de los 5.763 casos documentados y señala que sucedieron bajo el mando de esos militares. Es un ejercicio de verdad y memoria. Un llamado a la conciencia colectiva de lo que hay que cambiar.
Dentro de los altos mandos cuyos rostros borraron están: el general Nicacio Martínez, comandante del Ejército investigado por la Procuraduría General de la Nación por directrices que podrían traer los mala llamados “falsos positivos” de vuelta; el general Adolfo León Hernández Martínez al mando del comando de transformación del Ejército del Futuro bajo cuya comandancia en el Batallón La Popa, entre diciembre de 2007 y junio de 2009, se presentaron 23 casos con 39 víctimas de esta clase de asesinatos. También el actual comandante de la XIII Brigada el general Marcos Pinto Lizarazo, bajo cuyo mando en dos unidades ocurrieron 26 casos con 45 víctimas.
También se plasman en el mural los rostros del excomandante general del Ejército Mario Montoya Uribe quien se acogió a la JEP y bajo cuyo mando se cometieron 2429 asesinatos; Y el general Juan Carlos Barrera Jurado, con más de 154 casos en distintas unidades.
El mural incluye una pregunta elemental. Un clamor de las víctimas y de la sociedad que necesita entender estos crímenes para que no se repitan: ¿Quién dió la orden? ¿Esa es la verdad que buscan callar con pintura blanca?
Lo verdaderamente escandaloso es que estos crímenes sigan en la impunidad. Lo censurable es que haya miembros activos en las fuerzas militares implicados. Lo deshonroso es que el Ejército no se distancie de estos hechos y de los implicados.
Hacemos un llamado a la Procuraduría General de la Nación, a la Fiscalía General de la Nación y a la Defensoría del Pueblo, a estar atentas a este caso de censura de la libre expresión. A proteger la integridad de artistas que estaban realizando el mural e integrantes de organizaciones acompañantes quienes fueron grabados en medio del procedimiento ilegal que censuró el mural.
Descarga aquí el archivo en alta calidad